Vistas de página la semana pasada

jueves, 15 de enero de 2009

Teoría del esperpento

Anda preocupada ella por no encontrar un jersey de cuello alto en Rebajas pues no los hay, -no busquen-, como si la lectura de “Gomorra” de Roberto Saviano le hubiera salpicado el secuestro de jerseis de cuello alto y los ladrones de guante blanco estuviesen detrás del asunto. Anda soliviantada con el tiempo, con los bajo cero, con el hielo y la pascua que hace la nieve cuando deja de ser un verso de Lalo Bartol en los dedos de la infancia y ahora es un problema. Anda rebotada con la derecha y la izquierda también de este país, común denominador una de la otra entre estupideces banales y ridículas, patéticas justificaciones, ninguna dimisión ¿y cuándo las hubo? ¿y cuándo las habrá?, como si el pasado hiciera valer el presente. ¿El futuro también?, lo que convierte a los políticos en botarates de la indecencia y en valedores de sus bolsillos, ruindades humanas e indecentes, y anda en fin la amiga con ganas, por tanto, de declararse en abstención permanente o transitoria como si el ejercicio de la política le hubiera otorgado cierta invalidez por falta de crítica frente a todo, de responsabilidad frente a los ciudadanos y de sensatez como honestidad. Se pregunta qué cara hay que tener para pedir explicaciones y para responde sobre el colapso de un aeropuerto cuando en este país hay más de tres millones de parados, o sea, más que toda la población de Castilla y León junta, que ya es decir por su hecho referencial. Imagina ella que nos pusiéramos a ver pasar las nubes toda la población de la comunidad autónoma frente a la tragedia de la vida y no saber cómo saldrá el sol al día siguiente. Anda queriendo cambiar de cadena en la tele, de dial en la radio, de página en el Quijote pero nadie le dice nada que tenga sentido propio ni sentido común. Así que se encuentra como decía Joyce, en la tesitura de creer que “ya que no podemos cambiar de país, cambiemos de tema”. Algo así.
Anda pensando en cómo parar a Israel, aunque sea sólo como señal de protesta viva contra la barbarie, en conocer los gases que están experimentando los militares isralíes con la población palestina. Mientras, apura ella también una reflexión sobre el terrorismo machista contra la mal llamada violencia de género y al tiempo que vomita por el empacho de jueces y pilotos contra los mortales de aquí abajo, todo ella es en sí una muralla frente a todo. Pero esta mañana le ha entrado una carcajada y no ha parado hasta que esto escribo de reir y reir al enterarse que tanto el PSOE como el PP han puesto a trabajar uno a su “Laboratorio de ideas” y el otro a los pensionados de la FAES para acometer una definición sobre el estado de las cosas y sobre el mundo. Y en esas estamos mi psiquiatra y yo, riendo, socavando esa corte de los milagros sobre esta miseria política que nos rodea y entre la que cabe destacar también el olvido, desprecio incluso tortura moral que se ejerce en Salamanca contra espléndidos actores como Fernando Saldaña, Josetxu Morán o el poeta y escritor Raúl Vacas.
Vivimos sobre un esperpento, muñeca.