
Juan Gelman,
Premio Cervantes 2007
La extranjera no sabe que su sangre es su casa, que todo pájaro suyo sólo ahí puede cantar y abrir alas de su verano y se abalanza, alcanza, lanza, alza como una sed de mundo que no se puede apagar. El pájaro encendido cuida los huecos de la pérdida como joyas perdidas sin remedio.Canta allí, loco de luz, no renuncia a mis monstruos, valiente.
JUAN GELMAN
En el poeta argentino Juan Gelman (1930), la traumática experiencia del exilio no viene a conformar sólo una parte importante de su producción, la comprendida entre 1975 y 1988, sino que además, y fundamentalmente, establece el desplazamiento hacia zonas de sentido en las que el lenguaje es también "el expulsado", el "vacío-pasión", "la marca de una ausencia que no cesa de no escribirse", en sus propios términos. De ahí que resulte tan relevante su encuentro con la poesía mística española, en la medida en que el místico es un exiliado de Dios (Citas y Comentarios, 1982), y con la poesía sefardí (Dibaxu, 1994),
"como si la soledad extrema del exilio me empujara a buscar raíces en la lengua,
las más profundas y exiliadas de la lengua".
María Ángeles Pérez López. Universidad de Salamanca.
La profesora María Angeles Pérez López, de la universidad salmantina, estudio y seleccionó la antología de Juan Gelman titulada Oficio Ardiente, que "ha sido atravesada por palabras que han obsesionado al poeta como amor, otoño, niñez, revolución, muerte, olvido y memoria".